lunes, 17 de octubre de 2011

LAS PUERTAS DE LA MEDINA DE RONDA





En el urbanismo musulmán hay rasgos diferenciales de gran importancia en la ordenación de las ciudades y de la vida pública. En una Entrada anterior alababamos el intrincado trazado de sus calles que, lejos de ser caótico, constituye una defensa contra las inclemencias del tiempo y contra una incursión enemiga dentro de la ciudad. Del mismo modo, las murallas protegen el centro neurálgico de la ciudad: la Medina, donde se encuentra la Mezquita, la Alcaicería, los Palacios principales y, en suma, el Poder Político, Económico y Religioso. Además, tienen una función de ordenación y separación de espacios urbanos, dejando fuera de sus muros los arrabales o barrios populosos. Se protege así también la Medina frente a levantamientos y revueltas.


Dentro de la configuración de la muralla, cobran especial importancia sus Puertas, que permiten controlar y fiscalizar el acceso a la ciudad. Normalmente en la ciudad Musulmana, las puertas principales están asociadas a los puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste. Sin embargo, la especial orografía de la mesa de Arunda, hacia imposible el acceso por el lado norte hasta la construcción del Puente Nuevo muchos siglos después.


Esta imposibilidad física constituía una gran ventaja estratégica pues las paredes del Tajo eran la mejor muralla natural que podía disponerse. Por tanto, la vida en la ciudad musulmana de Arunda estaba volcada principalmente hacia el Sur, donde se situaban los principales arrabales extendiéndose de Oeste a Este.




Puerta de la Cíjara
الجسر الشرقي
 Por el Levante se accedía a la ciudad desde el camino de Málaga, tras cruzar el mal llamado Puente Romano, pues su realización es musulmana, aunque parece que se encuentra en la misma ubicación que un puente anterior de construcción romana. Al otro lado del río había un arrabal habitado por cristianos mozárabes y judíos, y en él se encontraban las manufacturas y curtidurías.Se trata del barrio conocido hoy como de Padre Jesús. La Puerta de la Puente o de la Cíjara, hoy desaparecida y reconstruida en otra ubicación, se encontraba junto a los magníficos Baños Arabes que ya he descrito en una Entrada anterior, así como una pequeña mezquita que permitían al viajero purificar su cuerpo y su alma antes de penetrar en la Medina. Se trataba por tanto de una puerta de gran importancia comercial y fiscal pues regulaba la relación con el camino de Málaga y la industria local.

Puerta de los Esparteros.

Una vez atravesada esta puerta, se entraba en un amplio corredor que, al abrigo de la muralla exterior y de la muralla interior, constituía un importante enclave militar que permitía desplazar los contingentes defensivos a lo largo de la muralla y, en caso de perder la posición, se convertía en paso forzoso para un invasor que quedaba expuesto a las flechas, aceite y piedras que los defensores quisieran arrojarles. En este pasillo, llamado de Chefchaouen por el hermanamiento de Ronda con la ciudad marroquí de idéntico nombre,  se encuentra reconstruida la Puerta de la Cíjara. La Puerta de Esparteros o de la mancebía, hoy tapiada, comunicaba ambos arrabales, el Bajo o barrio de San Miguel y el alto o barrio del Espiritu Santo.


Puerta de la Cíjara.
Foto de: carlostapiaronda.blogspot.com

Al Sur, camino de Algeciras, se encuentra la Puerta de Almocábar, que debe su nombre a la proximidad del cementerio musulmán de extramuros (por etimología Al-maq-a-bir, cementerio). Se encuentra flanqueada por sendas torres de guardia donde se alojaban los soldados que la protegían y daba acceso al arrabal alto -como hemos dicho, hoy es el barrio del Espiritu Santo-.

Consta de tres arcos consecutivos, siendo construida en tapial, como casi toda la muralla y, posteriormente, se revistió con mampostería, decorándola con proyectiles de las bombardas que se emplearon en la toma de la ciudad. Esto se debe a que fue la primera ocasión en que la artillería cristiana empleó este tipo de arma en España y resultó determinante en el asedio. Fue modificada en tiempos de Carlos V, incorporándose la puerta de estilo renacentista que ahora se sitúa a su izquierda.

Puerta de Almocábar. A la izquierda la puerta renacentista.

المقبرة
Detalle del triple arco musulmán, protegido por sendas torres de vigilancia.

Puerta de Almocábar iluminada de noche.
Foto de: www.rondamagacine.com/

Cerca de la de Almocábar, también orientada hacia el Sur y subiendo la cuesta de acceso directo a la Medina, se encontraba la desaparecida Puerta de las Imágenes controlada desde la Alcazaba, castillo arruinado tanto por el asedio cristiano como por las tropelías de las tropas francesas que, en su retirada, volaron el castillo y su polvorín.
Ubicación de la desaparecida Puerta de las Imágenes, al amparo de la Alcazaba.

En el Poniente, camino de Sevilla, se encuentran la Puerta de los Molinos y la Puerta del Viento, restaurada recientemente. La primera, como su nombre indica es la que daba acceso a los molinos situados en el fondo del Tajo, en el lecho del río Guadalevín, donde se producía la molienda del trigo para convertirlo en pan. Por ella, al igual que por la segunda, se accedía también a las zonas donde se cercaba el ganado (albacár). Eran, por tanto, accesos de gran importancia logística para la ciudad. Aún hoy en ese lugar hay en funcionamiento una pequeña central hidroeléctrica cuyas turbinas evocan los antiguos molinos.


Puerta de los Molinos

Puerta del Viento, tras la última restauración.

Puerta del Viento, antes de su última restauración.
Foto de: http://www.rondamagacine.com/



Fuentes:


    Fotos: propias, excepto indicadas.
   
    Monografía del I Congreso Historia de Ronda. Bartolomé Nieto González et Al.
    La historia de Ronda en versos. Juan A. Ordoñez.
    Estructura Urbana de Ronda. Luis Lobo Manzano. Revista Jábega nº22
    Ronda en la Primera Mitad del siglo XIX. Luis Lobo Manzano. Revista Jábega nº27


domingo, 16 de octubre de 2011

RESTAURANTE ALMOCÁBAR




Para mi gusto se trata, sin duda alguna, del mejor restaurante de Ronda. Tanto por la calidad de sus productos como por la variedad y originalidad en la elaboración de los platos, la decoración -de reminiscencias mudéjares- y la profesionalidad y continua busqueda de la excelencia por parte de su dueño, Manolo.

Se encuentra situado junto a la Puerta de Almocábar, de donde toma su nombre, en la rotonda de la carretera de San Pedro, prácticamente en la esquina de la farmacia y la pescadería. En verano es un privilegio cenar en la Plaza aledaña de San Francisco y contemplar las murallas de la ciudad iluminadas mientras se disfruta de las magníficas viandas.

El restaurante tiene un comedor pequeñito y acogedor con capacidad para ocho mesas solamente, por lo que es indispensable reservar mesa con antelación, ¡está siempre lleno!. No obstante, en la dependencia de bar se pueden degustar los mismos platos que en el comedor tomando unas cañitas o una copita de vino en la barra. O simplemente unos bollitos.

La barra resulta muy acogedora para pedir raciones.


También dispone en la primera planta de una sala-bodeguita con capacidad para un máximo de diez comensales -y un mínimo de seis- donde organizan maridajes y menús degustación.

No podeis dejar de preguntar cuales son los platos que hay fuera de la carta pues suelen ser exquisiteces y con productos frescos. Por mi parte, os recomendaría un sinfín de platos: la torrija de foie, la ensalada de vieiras con langostinos y salsa de mostaza, el huevo frito con trufa y jamón, la pierna de cabrito con ajitos, los calamaritos rellenos con cebollitas y trufa, el lomo de buey a la piedra... ¡todo un festín!

Como postre podeis pedir: Blanco y Negro, Chocolate Blanco con Helado de Menta o Torrija con Helado de Vainilla. Y por supuesto un buen Gintonic Premium para hacer la digestión. La preparación de este gintonic es un espectáculo que incluye la aromatización previa de la copa de ballon con una infusión que lleva pimienta de Jamaica.

Con respecto a la bodega, está bien surtida con todo tipo de denominaciones de origen, aunque os recomiendo como siempre que pidais vino de Ronda: Chinchilla o Los Aguilares, por ejemplo.

Precio medio 30-40 € por comensal.

Ensalada de Vieiras y Langostinos con salsa de mostaza.

Huevo Frito con Jamón y Trufa.

Calamaritos rellenos con Cebollitas y Trufa.

Lomo de Buey a la piedra.
La guarnición de verduras acompaña a la perfección.

El rey de los postres: Blanco y Negro.

Gintonic Premium (Martin Miller con Fever Tree)

Calle Ruedo Alameda, 5. 29400 RONDA
Teléfono Reservas:  952 87 59 77

 

sábado, 15 de octubre de 2011

EL TAJO DE RONDA: JARDINES DE CUENCA, CASA DEL REY MORO Y RESTAURANTE CASA POLA




Revisando mi archivo fotográfico he rescatado esta foto de un rinconcito rondeño impregnado de magia. Se trata de una instantánea del Tajo tomada desde el Mirador de Martín de Aldehuela, junto al famoso Puente Nuevo.

A la derecha del cañón están los imponentes palacetes del "Restaurante Casa Pola" y "La Casa del Rey Moro" - del cual ya he contado algo en una entrada anterior a la que también he añadido esta foto-.

A la izquierda están los Jardines de Cuenca, conjunto de terracitas-jardín "colgadas" en la cornisa este del Tajo y que son muy agradables para pasear, relajarse o leer un libro. Fueron construidas con motivo del acto de hermanamiento entre las ciudades de Cuenca y Ronda en 1975.

Junto al Mirador en el que se tomó esta foto hay un barecito, "La Pilastra", desde cuyas terrazas se puede tomar un refresquito o un gin-tonic y disfrutar estas fantásticas vistas. No se trata de una gintonería ni un refinado bar de copas, a lo sumo hay dos o tres variedades de cada bebida, pero las vistas al Tajo y la simpatía de Jaime, el dueño, pueden hacerte pasar una tarde muy agradable. Además cuenta con un comedor, antigua bodega del Convento de Santo Domingo (Palacio de Congresos), que es una preciosidad, recuerda a una Cueva del Sacromonte y es ideal para celebraciones de 60-80 personas.

domingo, 9 de octubre de 2011

ACINIPO, RONDA LA VIEJA.


A 20 kilómetros al noroeste de Ronda, encaramada sobre la ladera de una meseta caliza, se encuentra la antigua ciudad de Acinipo, Ronda la Vieja, vestigio arqueológico que evidencia la importancia de la comarca en la Baetica romana. No cabe otra interpretación cuando se constatan las dimensiones del complejo ciudadano, del Teatro que se conserva -tallado en la piedra y expuesto a lo largo de los años a la inclemencia de los elementos-, y las monedas encontradas, prueba del estatus de la ciudad en el Imperio Romano al permitírsele acuñar moneda propia.

Se ha creído durante mucho tiempo que Acinipo era el origen de la actual Ronda, que se trasladó posteriormente a su ubicación actual. Sin embargo está comprobado, por hallazgos hechos en Ronda, que ambos asentamientos coexistieron en el tiempo y son, por tanto, independientes.

El yacimiento se encuentra muy deteriorado pues la finca fue explotada agrícolamente y las ruinas fueron roturadas y apartadas en multitud de montículos. No obstante, en él se puede todavía constatar las enormes dimensiones del recinto amurallado y se han realizado varias excavaciones arqueológicas en las que se han encontrado unas termas y algunas domus, casas familiares romanas. Y sobre todo destaca el Teatro, construido esculpido en la roca de la ladera y aprovechando la pendiente, como muchos otros teatros romanos.


Restos de las Termas Romanas


En la región se produjo una enfrentamiento de importancia capital en la historia de la República Romana. Se trata de la batalla de Munda, en la que Julio César venció a las huestes de los Pompeyos cuando ya creía tenerlo todo perdido. Se trata de uno de los sucesos mas trascendentes en la vida del tirano general junto con el cruce del Rubicón y la pacificación de las Galias. En la Baetica se escribió un capitulo de la historia de nuestra civilización, como casi siempre, con ríos de sangre y varios municipios se atribuyen ser el lugar donde ocurrió, entre ellos Monda, Montilla y Ronda (Arunda), ambas en la provincia de Málaga. Las descripciones que se encuentran en las cronicas sobre el lugar donde ocurrió la batalla se ajustan a las características geográficas del entorno de Acinipo y la constatación de la existencia de un gran asentamiento romano en la zona parecen confirmar esta teoría, aunque esta es una polémica que viene de antaño y son los historiadores quienes deben pronunciarse.


Graderío del Teatro Romano esculpido en la ladera.

Vista del escenario desde el graderío.

No se conservan elementos de decoración pero aún así resulta impresionante.

Declarado de Bien de Interés Cultural en 1981.

Como último comentario, flanqueando la carretera que conduce al yacimiento, encontrareis dos conocidas bodegas rondeñas: la finca de la Sanguijuela, de F. Schatz, y la finca de Doña Felisa, de Chinchilla. Teniendo en cuenta el origen mediterráneo y latino de la vid, presente en nuestra cultura desde siempre y especialmente en la vida romana, es posible imaginar que la actividad productora de esta ciudad era precisamente la agricultura y el vino reflejo de su desarrollo.


Moneda de la ceca de Acinipo (S. I a.C.)


Fuentes:


    Foto de moneda: rgonzalez.blogspot.es
    Resto de fotos: propias
   
    Historia de Ronda. Moreti.
    Monografía del I Congreso Historia de Ronda. Bartolomé Nieto González et Al.

domingo, 2 de octubre de 2011

VISITA NOCTURNA A LOS BAÑOS ÁRABES Y PALACIO DE MONDRAGÓN



El otro día ví una publicidad sobre una visita nocturna a los Baños Árabes y al Palacio de Mondragón y decidí apuntarme, embriagado por el romanticismo que la oferta sugería. Ciertamente esperaba otra cosa, algo más sofisticado, una recreación o una delicada presentación. La suntuosidad de los escenarios lo permitían y con un poco de iniciativa e imaginación se puede organizar una actividad extraordinaria. Sin embargo, lo que me encontré fue una simple visita guiada por los lugares más emblemáticos de la ciudad aunque, eso sí, de noche.


Patio Mudejar en el Palacio de Mondragón. Las columnas de piedra pertenecen a la época romana y sobre ellas se erigen arcos de medio punto de ladrillo decorados con azulejos de formas geométricas.

Todos los lugares que visitamos ya los conocía y también su historia pero, no sé si fue por el entusiasmo del guía, Antonio, o por la magia que la nocturnidad le imprimía, el caso es que fue una experiencia apasionante. Visitar los patios y jardines del Palacio de Mondragón (Museo Municipal), esmeradamente iluminados y en la casi absoluta soledad del grupo, te permitía abstraerte y sentir e imaginar la refinada vida de los árabes que habitaron el magnífico palacio. Sólo faltaba un poco de música de ambiente y el ruido del agua corriendo por las acequias y fuentes, pero era compensado por los bellos azulejos, los valiosísimos artesonados mozárabes y los bellos patios mudéjares. Una autentica joya.


El agua es un elemento indispensable en cualquier jardín musulmán, plagados de fuentes, acequias y canalillos. 

El trabajo de artesanía de estas puertas las convierte en auténticas obras de arte. Palacio de Mondragón.

Los reconquistadores también dejaron su impronta en la decoración del Palacio.

Detalle del artesonado mudejar en el Salón Noble del Palacio.

Después recorrimos las callejuelas de la Ciudad (como se conoce al barrio céntrico e histórico donde empezó a germinar la actual Ronda), refugiándonos del gélido y desapacible viento de la noche en el intrincado arabesco de su trazado. Es curioso y sublime lo acogedor que resulta el urbanismo musulmán, que permite protegerse con sus recodos del frío del invierno, así como del justiciero sol de verano merced a las sombras que su estrecha geometría proyecta en todos los rincones.

Cruzamos junto a la Iglesia Colegiata de Santa María la Mayor -antigua Mezquita Mayor-, el Alminar de San Sebastian -de origen almohade- y seguimos caminando hacia el Puente de las Curtidurías -llamado Puente Romano, aunque su reconstrucción es debida a los árabes-. Está este puente situado poco después de la confluencia del río Guadalevín y el Arroyo Culebras, arroyo junto al cual se encontraron los Baños Árabes.


Los techos de los Baños están plagados de lucernarios por los que la luz del Sol ilumina y decora las estancias.
Para  la  visita nocturna se sustituye el astro principal por decenas de focos colocados sobre estos lucernarios.

Ubicados extramuros de la ciudad, junto a la desaparecida Puerta del Puente, fueron descubiertos a mediados del siglo XX bajo un espeso manto de lodo y depósitos aluviales procedentes de las riadas y grandes avenidas de los ríos.  La causa de su ruina ha sido a la vez la razón de su fantástica conservación, que  ha permitido con muy pocas restauraciones recrear los Baños tal y como eran en la Runda musulmana.


Arcos de la Sala de Recepción y Pilar para refrescarse.

Se dividen en cinco cámaras principales, a saber, la recepción, la sala fría, la sala tibia, la sala caliente y las calderas. En la primera de ellas, bajo los arcos en los que se refugiaba el viajero, se encuentra un pilar central para refrescarse al llegar y, junto a él, despojarse de las ropas y ponerse el albornoz.


Las columnas de piedra de los baños también pertenecen a la época romana.


Arco de Herradura y lucernarios con forma de estrella en la bóveda de la estancia. 

Las columnas de ladrillo sustituyen a columnas de piedra original que se encontraban en peor estado.

En la sala caliente se condensaba el vapor que era repartido a traves del hipocáusto, conectado a las calderas aledañas, y en ella se tomaba el baño turco tal y como lo conocemos hoy día. En la sala templada, la mayor de todas, se descansaba, se charlaba y se hacía vida social, relajándose e incluso recibiendo los masajes con lociones y afeites. Finalmente, en las piscinas de la Sala Fría terminaba el proceso de purificación del cuerpo para comenzar con el del alma en la pequeña mezquita que había junto a los baños, antes de entrar en la ciudad.


Piscinas para el baño en la sala fría.



INFORMACIÓN: OFICINA MUNICIPAL DE TURISMO.
Paseo de Blas Infante s/n  952 18 71 19


Fuentes:
    Fotos propias.
    Historia de Ronda. Moretti.
    La Historia de Ronda en Versos. J. A. Ordoñez
    Monografía del I Congreso Historia de Ronda. Bartolomé Nieto González et Al.