Ronda, la ciudad soñada por el poeta Rilke y elegida por Orson Welles para su
eterno descanso, es un trocito de historia suspendido en el aire desde un
pequeño altiplano hendido en dos de forma sobrenatural.
La mano del hombre junto con la acción modelizadora de la naturaleza
ha creado un entorno único de gran belleza, una joya en la que se respira Historia y Arte.
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