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sábado, 3 de marzo de 2012

COLEGIATA DE SANTA MARÍA LA MAYOR


Si algo caracteriza a los pueblos del arco mediterráneo, es la mezcolanza y diversidad de culturas que nos han dejado los numerosos conquistadores de cada época. Esta amalgama nos ha legado una esencia y un patrimonio cultural únicos que han formado nuestra identidad actual. Filosofía de la vida, arquitectura, música e, incluso, la famosa dieta mediterránea.

La Colegiata de Santa María la Mayor es el templo más importante de Ronda y en su ubicación siempre ha estado el culto de las distintas religiones, desde un templo pagano dedicado a "Julio", proclamado divinidad protectora de la ciudad "IULIO DIVO MUNICIPES", hasta el templo cristiano de nuestros días, que ya lo había sido en tiempo de los visigodos, antes de una larga etapa intermedia en la que fue la mezquita principal de Runda.


Mirhab de la Mezquita Mayor
Se trata de un edificio donde conviven tres estilos arquitectónicos muy diferenciados, producto de su larga y convulsa historia: la torre mudéjar y las dos naves del templo, una de estilo gótico y la otra de estilo renacentista. Además, tras el altar del Sagrario, junto a la entrada al templo, se conservan restos del Mirhab con distintos estilos de decoración musulmana: caligrafía mayúscula, caligrafía minúscula, geométrica y vegetal.

Tras la Reconquista, los Reyes Católicos decidieron construir el primer templo cristiano de la ciudad sobre la mezquita a la imagen y estilo de la Catedral de Sevilla y la elevaron a Colegiata. El proyecto original era construir una inmensa iglesia de planta de cruz latina pero, al constatar que el número de feligreses era muy reducido en comparación con las dimensiones de la Iglesia, se redujeron las obras y sólo se construyó el brazo mayor de la cruz. El resultado fue un edifico de diseño singular consistente en una alargada nave de estilo gótico tardío.

Arco de medio punto de estilo gótico.
Posteriormente, en el siglo XVI, la iglesia sufrió serios daños debidos a un importante terremoto, especialmente en su muro norte. En la reconstrucción se decidió eliminar dicho muro y construir una nave adyacente para ampliar la iglesia prolongando la existente. Esta nueva nave se erigió siguiendo los cánones del renacimiento, con columnas de estilo plateresco.

Es por ello que la Colegiata de Santa María dispone de dos naves de diferentes alturas que configuran una peculiar y única geometría y cuyo contraste le imprime la personalidad propia del edificio. No se trata de una iglesia "al uso". Además, la majestuosidad de las columnas renacentistas resaltan el Altar Mayor, situado al fondo de dicha ampliación.


Columnas renacentistas con capiteles platerescos.

El baldaquino, situado en el Altar Mayor, está tallado en madera de pino rojo canadiense y pertenece al retablo de Nuestra Señora de los Ángeles (donde hoy día se encuentra la adoración al Sagrado Corazón), sustituyendo al anterior retablo del Altar Mayor destruido en 1936.

Altar Mayor
En el centro de la iglesia, situado al fondo de la zona gótica, antes de la renacentista, está el Coro, precioso mueble tallado en dos alturas y perteneciente también a éste último estilo. En esta iglesia ejerció como beneficiado el famoso músico rondeño del siglo de Oro Vicente Espinel.


Coro de la Colegiata de Santa María

Completan el edificio las catacumbas visigodas situadas en la esquina suroeste y la pequeña nave de bóveda de cañón de la Sacristia Mayor, en la esquina opuesta, construida a finales del siglo XIX.


lunes, 2 de enero de 2012

HISTORIA MALTRATADA

Escribo esta entrada sumido en la consternación e impotencia que dos noticias recientes me han provocado. Se trata de dos sucesos que se han producido en nuestra ciudad y que evidencian una desaprensiva y brutal falta de sensibilidad por parte de sus autores, desgraciadamente desconocidos.

Por un lado, se han localizado numerosos agujeros y excavaciones en las ruinas de Acinipo, Ronda la Vieja, donde los expoliadores se habrán hecho con objetos metálicos -pulseras, agujas, monedas- para comerciar con nuestra cultura y pasado.

Por otro lado, se ha producido un incendio, presuntamente provocado, en la Casa del Rey Moro. En él han sido afectadas un par de estancias del edificio histórico del siglo XVIII. Tanto si se trata de una gamberrada navideña, como si se trata de algo más oscuro, el caso es que constituye un episodio más en la nefasta y truculenta historia de un lugar tan singular como este.

Parece mentira que en una ciudad como la nuestra, en la que se respira la historia, las autoridades y los ciudadanos permanezcan impasibles e indiferentes ante un expolio y un abandono lacerantes que afectan a la esencia misma de Ronda.


lunes, 17 de octubre de 2011

LAS PUERTAS DE LA MEDINA DE RONDA





En el urbanismo musulmán hay rasgos diferenciales de gran importancia en la ordenación de las ciudades y de la vida pública. En una Entrada anterior alababamos el intrincado trazado de sus calles que, lejos de ser caótico, constituye una defensa contra las inclemencias del tiempo y contra una incursión enemiga dentro de la ciudad. Del mismo modo, las murallas protegen el centro neurálgico de la ciudad: la Medina, donde se encuentra la Mezquita, la Alcaicería, los Palacios principales y, en suma, el Poder Político, Económico y Religioso. Además, tienen una función de ordenación y separación de espacios urbanos, dejando fuera de sus muros los arrabales o barrios populosos. Se protege así también la Medina frente a levantamientos y revueltas.


Dentro de la configuración de la muralla, cobran especial importancia sus Puertas, que permiten controlar y fiscalizar el acceso a la ciudad. Normalmente en la ciudad Musulmana, las puertas principales están asociadas a los puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste. Sin embargo, la especial orografía de la mesa de Arunda, hacia imposible el acceso por el lado norte hasta la construcción del Puente Nuevo muchos siglos después.


Esta imposibilidad física constituía una gran ventaja estratégica pues las paredes del Tajo eran la mejor muralla natural que podía disponerse. Por tanto, la vida en la ciudad musulmana de Arunda estaba volcada principalmente hacia el Sur, donde se situaban los principales arrabales extendiéndose de Oeste a Este.




Puerta de la Cíjara
الجسر الشرقي
 Por el Levante se accedía a la ciudad desde el camino de Málaga, tras cruzar el mal llamado Puente Romano, pues su realización es musulmana, aunque parece que se encuentra en la misma ubicación que un puente anterior de construcción romana. Al otro lado del río había un arrabal habitado por cristianos mozárabes y judíos, y en él se encontraban las manufacturas y curtidurías.Se trata del barrio conocido hoy como de Padre Jesús. La Puerta de la Puente o de la Cíjara, hoy desaparecida y reconstruida en otra ubicación, se encontraba junto a los magníficos Baños Arabes que ya he descrito en una Entrada anterior, así como una pequeña mezquita que permitían al viajero purificar su cuerpo y su alma antes de penetrar en la Medina. Se trataba por tanto de una puerta de gran importancia comercial y fiscal pues regulaba la relación con el camino de Málaga y la industria local.

Puerta de los Esparteros.

Una vez atravesada esta puerta, se entraba en un amplio corredor que, al abrigo de la muralla exterior y de la muralla interior, constituía un importante enclave militar que permitía desplazar los contingentes defensivos a lo largo de la muralla y, en caso de perder la posición, se convertía en paso forzoso para un invasor que quedaba expuesto a las flechas, aceite y piedras que los defensores quisieran arrojarles. En este pasillo, llamado de Chefchaouen por el hermanamiento de Ronda con la ciudad marroquí de idéntico nombre,  se encuentra reconstruida la Puerta de la Cíjara. La Puerta de Esparteros o de la mancebía, hoy tapiada, comunicaba ambos arrabales, el Bajo o barrio de San Miguel y el alto o barrio del Espiritu Santo.


Puerta de la Cíjara.
Foto de: carlostapiaronda.blogspot.com

Al Sur, camino de Algeciras, se encuentra la Puerta de Almocábar, que debe su nombre a la proximidad del cementerio musulmán de extramuros (por etimología Al-maq-a-bir, cementerio). Se encuentra flanqueada por sendas torres de guardia donde se alojaban los soldados que la protegían y daba acceso al arrabal alto -como hemos dicho, hoy es el barrio del Espiritu Santo-.

Consta de tres arcos consecutivos, siendo construida en tapial, como casi toda la muralla y, posteriormente, se revistió con mampostería, decorándola con proyectiles de las bombardas que se emplearon en la toma de la ciudad. Esto se debe a que fue la primera ocasión en que la artillería cristiana empleó este tipo de arma en España y resultó determinante en el asedio. Fue modificada en tiempos de Carlos V, incorporándose la puerta de estilo renacentista que ahora se sitúa a su izquierda.

Puerta de Almocábar. A la izquierda la puerta renacentista.

المقبرة
Detalle del triple arco musulmán, protegido por sendas torres de vigilancia.

Puerta de Almocábar iluminada de noche.
Foto de: www.rondamagacine.com/

Cerca de la de Almocábar, también orientada hacia el Sur y subiendo la cuesta de acceso directo a la Medina, se encontraba la desaparecida Puerta de las Imágenes controlada desde la Alcazaba, castillo arruinado tanto por el asedio cristiano como por las tropelías de las tropas francesas que, en su retirada, volaron el castillo y su polvorín.
Ubicación de la desaparecida Puerta de las Imágenes, al amparo de la Alcazaba.

En el Poniente, camino de Sevilla, se encuentran la Puerta de los Molinos y la Puerta del Viento, restaurada recientemente. La primera, como su nombre indica es la que daba acceso a los molinos situados en el fondo del Tajo, en el lecho del río Guadalevín, donde se producía la molienda del trigo para convertirlo en pan. Por ella, al igual que por la segunda, se accedía también a las zonas donde se cercaba el ganado (albacár). Eran, por tanto, accesos de gran importancia logística para la ciudad. Aún hoy en ese lugar hay en funcionamiento una pequeña central hidroeléctrica cuyas turbinas evocan los antiguos molinos.


Puerta de los Molinos

Puerta del Viento, tras la última restauración.

Puerta del Viento, antes de su última restauración.
Foto de: http://www.rondamagacine.com/



Fuentes:


    Fotos: propias, excepto indicadas.
   
    Monografía del I Congreso Historia de Ronda. Bartolomé Nieto González et Al.
    La historia de Ronda en versos. Juan A. Ordoñez.
    Estructura Urbana de Ronda. Luis Lobo Manzano. Revista Jábega nº22
    Ronda en la Primera Mitad del siglo XIX. Luis Lobo Manzano. Revista Jábega nº27


domingo, 9 de octubre de 2011

ACINIPO, RONDA LA VIEJA.


A 20 kilómetros al noroeste de Ronda, encaramada sobre la ladera de una meseta caliza, se encuentra la antigua ciudad de Acinipo, Ronda la Vieja, vestigio arqueológico que evidencia la importancia de la comarca en la Baetica romana. No cabe otra interpretación cuando se constatan las dimensiones del complejo ciudadano, del Teatro que se conserva -tallado en la piedra y expuesto a lo largo de los años a la inclemencia de los elementos-, y las monedas encontradas, prueba del estatus de la ciudad en el Imperio Romano al permitírsele acuñar moneda propia.

Se ha creído durante mucho tiempo que Acinipo era el origen de la actual Ronda, que se trasladó posteriormente a su ubicación actual. Sin embargo está comprobado, por hallazgos hechos en Ronda, que ambos asentamientos coexistieron en el tiempo y son, por tanto, independientes.

El yacimiento se encuentra muy deteriorado pues la finca fue explotada agrícolamente y las ruinas fueron roturadas y apartadas en multitud de montículos. No obstante, en él se puede todavía constatar las enormes dimensiones del recinto amurallado y se han realizado varias excavaciones arqueológicas en las que se han encontrado unas termas y algunas domus, casas familiares romanas. Y sobre todo destaca el Teatro, construido esculpido en la roca de la ladera y aprovechando la pendiente, como muchos otros teatros romanos.


Restos de las Termas Romanas


En la región se produjo una enfrentamiento de importancia capital en la historia de la República Romana. Se trata de la batalla de Munda, en la que Julio César venció a las huestes de los Pompeyos cuando ya creía tenerlo todo perdido. Se trata de uno de los sucesos mas trascendentes en la vida del tirano general junto con el cruce del Rubicón y la pacificación de las Galias. En la Baetica se escribió un capitulo de la historia de nuestra civilización, como casi siempre, con ríos de sangre y varios municipios se atribuyen ser el lugar donde ocurrió, entre ellos Monda, Montilla y Ronda (Arunda), ambas en la provincia de Málaga. Las descripciones que se encuentran en las cronicas sobre el lugar donde ocurrió la batalla se ajustan a las características geográficas del entorno de Acinipo y la constatación de la existencia de un gran asentamiento romano en la zona parecen confirmar esta teoría, aunque esta es una polémica que viene de antaño y son los historiadores quienes deben pronunciarse.


Graderío del Teatro Romano esculpido en la ladera.

Vista del escenario desde el graderío.

No se conservan elementos de decoración pero aún así resulta impresionante.

Declarado de Bien de Interés Cultural en 1981.

Como último comentario, flanqueando la carretera que conduce al yacimiento, encontrareis dos conocidas bodegas rondeñas: la finca de la Sanguijuela, de F. Schatz, y la finca de Doña Felisa, de Chinchilla. Teniendo en cuenta el origen mediterráneo y latino de la vid, presente en nuestra cultura desde siempre y especialmente en la vida romana, es posible imaginar que la actividad productora de esta ciudad era precisamente la agricultura y el vino reflejo de su desarrollo.


Moneda de la ceca de Acinipo (S. I a.C.)


Fuentes:


    Foto de moneda: rgonzalez.blogspot.es
    Resto de fotos: propias
   
    Historia de Ronda. Moreti.
    Monografía del I Congreso Historia de Ronda. Bartolomé Nieto González et Al.

domingo, 2 de octubre de 2011

VISITA NOCTURNA A LOS BAÑOS ÁRABES Y PALACIO DE MONDRAGÓN



El otro día ví una publicidad sobre una visita nocturna a los Baños Árabes y al Palacio de Mondragón y decidí apuntarme, embriagado por el romanticismo que la oferta sugería. Ciertamente esperaba otra cosa, algo más sofisticado, una recreación o una delicada presentación. La suntuosidad de los escenarios lo permitían y con un poco de iniciativa e imaginación se puede organizar una actividad extraordinaria. Sin embargo, lo que me encontré fue una simple visita guiada por los lugares más emblemáticos de la ciudad aunque, eso sí, de noche.


Patio Mudejar en el Palacio de Mondragón. Las columnas de piedra pertenecen a la época romana y sobre ellas se erigen arcos de medio punto de ladrillo decorados con azulejos de formas geométricas.

Todos los lugares que visitamos ya los conocía y también su historia pero, no sé si fue por el entusiasmo del guía, Antonio, o por la magia que la nocturnidad le imprimía, el caso es que fue una experiencia apasionante. Visitar los patios y jardines del Palacio de Mondragón (Museo Municipal), esmeradamente iluminados y en la casi absoluta soledad del grupo, te permitía abstraerte y sentir e imaginar la refinada vida de los árabes que habitaron el magnífico palacio. Sólo faltaba un poco de música de ambiente y el ruido del agua corriendo por las acequias y fuentes, pero era compensado por los bellos azulejos, los valiosísimos artesonados mozárabes y los bellos patios mudéjares. Una autentica joya.


El agua es un elemento indispensable en cualquier jardín musulmán, plagados de fuentes, acequias y canalillos. 

El trabajo de artesanía de estas puertas las convierte en auténticas obras de arte. Palacio de Mondragón.

Los reconquistadores también dejaron su impronta en la decoración del Palacio.

Detalle del artesonado mudejar en el Salón Noble del Palacio.

Después recorrimos las callejuelas de la Ciudad (como se conoce al barrio céntrico e histórico donde empezó a germinar la actual Ronda), refugiándonos del gélido y desapacible viento de la noche en el intrincado arabesco de su trazado. Es curioso y sublime lo acogedor que resulta el urbanismo musulmán, que permite protegerse con sus recodos del frío del invierno, así como del justiciero sol de verano merced a las sombras que su estrecha geometría proyecta en todos los rincones.

Cruzamos junto a la Iglesia Colegiata de Santa María la Mayor -antigua Mezquita Mayor-, el Alminar de San Sebastian -de origen almohade- y seguimos caminando hacia el Puente de las Curtidurías -llamado Puente Romano, aunque su reconstrucción es debida a los árabes-. Está este puente situado poco después de la confluencia del río Guadalevín y el Arroyo Culebras, arroyo junto al cual se encontraron los Baños Árabes.


Los techos de los Baños están plagados de lucernarios por los que la luz del Sol ilumina y decora las estancias.
Para  la  visita nocturna se sustituye el astro principal por decenas de focos colocados sobre estos lucernarios.

Ubicados extramuros de la ciudad, junto a la desaparecida Puerta del Puente, fueron descubiertos a mediados del siglo XX bajo un espeso manto de lodo y depósitos aluviales procedentes de las riadas y grandes avenidas de los ríos.  La causa de su ruina ha sido a la vez la razón de su fantástica conservación, que  ha permitido con muy pocas restauraciones recrear los Baños tal y como eran en la Runda musulmana.


Arcos de la Sala de Recepción y Pilar para refrescarse.

Se dividen en cinco cámaras principales, a saber, la recepción, la sala fría, la sala tibia, la sala caliente y las calderas. En la primera de ellas, bajo los arcos en los que se refugiaba el viajero, se encuentra un pilar central para refrescarse al llegar y, junto a él, despojarse de las ropas y ponerse el albornoz.


Las columnas de piedra de los baños también pertenecen a la época romana.


Arco de Herradura y lucernarios con forma de estrella en la bóveda de la estancia. 

Las columnas de ladrillo sustituyen a columnas de piedra original que se encontraban en peor estado.

En la sala caliente se condensaba el vapor que era repartido a traves del hipocáusto, conectado a las calderas aledañas, y en ella se tomaba el baño turco tal y como lo conocemos hoy día. En la sala templada, la mayor de todas, se descansaba, se charlaba y se hacía vida social, relajándose e incluso recibiendo los masajes con lociones y afeites. Finalmente, en las piscinas de la Sala Fría terminaba el proceso de purificación del cuerpo para comenzar con el del alma en la pequeña mezquita que había junto a los baños, antes de entrar en la ciudad.


Piscinas para el baño en la sala fría.



INFORMACIÓN: OFICINA MUNICIPAL DE TURISMO.
Paseo de Blas Infante s/n  952 18 71 19


Fuentes:
    Fotos propias.
    Historia de Ronda. Moretti.
    La Historia de Ronda en Versos. J. A. Ordoñez
    Monografía del I Congreso Historia de Ronda. Bartolomé Nieto González et Al.

sábado, 27 de agosto de 2011

LA MINA DEL REY MORO



Existe en Ronda un lugar mágico que merece la pena visitar pero que precisa de un corazón fuerte y unas piernas ágiles.

Se trata de la Mina en la Casa del Rey Moro: una bajada escalonada excavada en las paredes del Tajo y oculta a la vista mediante unos muros de sillería camuflados con el entorno, una gruta artificial y vertical de casi 100 metros de desnivel, dividida en varias cámaras intermedias. Entre estas cámaras destaca la Cámara de los Secretos cuya especial geometría permite que dos personas situadas en esquinas opuestas de la sala puedan conversar en voz baja sin que se entere una tercera persona situada en el centro, entre ambas. Basta hablar bajito frente a la pared y la bóveda del techo llevará el sonido amplificado a la esquina opuesta. Probadlo, es sensacional.

Una vez que se llega abajo del todo, desembarcareis en una plataforma de tramex (metálica) sobre el propio Río Guadalevín, es decir, en el fondo del Tajo. El lugar es único y relajante e invita a bañarse en el río. Descansad en él porque os hará falta para la subida y, sobre todo, tomaros ésta con calma.

Lecho del Guadalevín visto desde la salida de la Mina

Esta construcción es una estructura defensiva nazarí que permitía bajar a recoger agua en tiempos de asedio, así como defender el paso por el Tajo desde las ventanas de Aspillera disimuladas en sus muros.

Se encuentra situada en la Casa del Rey Moro, palacete de la Duquesa de Parcent, donde también hay unos idílicos jardincillos colgados sobre las paredes del cañon del Tajo y que fueron diseñados por Forestier.


Jardines de Forestier

Es una lástima el lamentable estado de conservación de la casa que, entre la humedad y la desidia, va sufriendo un deterioro progresivo y descorazonador.

Casa del Rey Moro

Fuente: Fotos Propias

domingo, 21 de agosto de 2011

DERRUMBES HISTÓRICOS

No es muy conocido que las dos mayores joyas arquitectónicas de Ronda comparten un suceso trágico en sus orígenes. Tanto el Puente Nuevo sobre el Tajo de Ronda, como la Plaza de Toros sufrieron sendos derrumbes de consecuencias mortales. Ambos monumentos fueron construidos en el Siglo de las Luces, la época de las Revoluciones en Europa, y ellos mismos constituyeron una revolución para Ronda configurando su imagen definitiva y posibilitando el desarrollo y crecimiento de la ciudad.

En 1735 se construyó en Ronda un puente que comunicaba ambas márgenes del Tajo y permitía la expansión poblacional hacia el Llano del Mercadillo. Dicho puente estaba concebido con una solución estructural elegantísima consistente en un sólo arco de 35 metros de diámetro que apoyaba en ambos extremos del barranco. Se tardó solamente ocho meses en construirlo pero se derrumbó a los seis años de su inauguración. Los cimientos en el macizo rocoso se conservan intactos junto al puente actual, si bien ocultos en parte por la vegetación del Tajo. No obstante, si se es observador, se puede ver dichos estribos, aguas arriba, además de algunos restos y escombros en el fondo del río.

Sin embargo, la reposición de este puente era imprescindible para la ciudad y en 1751 se reemprendieron las obras que esta vez, por problemas de presupuesto, tardaron casi cuarenta años en terminarse, con numerosos modificados de por medio. El ingeniero militar aragonés José Martín de Aldehuela fue el Director final de las obras y el 4 de noviembre de 1787 se abría el paso franco a través del Puente y en 1794 quedaba rematado con la construcción del acueducto de la Hidalguía. Comenzaba a desarrollarse la Ronda moderna, la del Llano del Mercadillo, correspondiente a la zona céntrica actual.

Y en ese Llano del Mercadillo es donde la Real Maestranza de Caballería de Ronda construyó un nuevo y magnífico coso para el ejercicio y los juegos de toros. Las obras se comenzaron el 1770 y se celebró el primer festejo el día 11 de mayo de 1784, poco antes de rematar la obra, para homenajear al Infante don Gabriel. Sin embargo, se produjo un desprendimiento de los arcos de uno de los tendidos como consecuencia de la aglomeración de gente que se apiñó empujando las columnas en las cuales no había fraguado aún la argamasa. El anecdotario dice que las columnas fueron desplazadas por soldados en protesta por el mal ganado que se presentaba. No sé si será cierto pero hay cosas que no han cambiado... lo digo por el ganado.

El caso es que entre heridos y muertos se llegó casi al centenar de victimas y hubo serios enfrentamientos entre los maestrantes y el corregidor de la ciudad con motivo de la continuidad de las obras. Finalmente se terminaron en mayo de 1785 y pasaron la pertinente inspección. Hasta hoy.

Dibujo imaginario del primer Puente Nuevo de Ronda.
William Jacob 1809



Fuentes:
Historia de Ronda, Juan José Moretti                
La Historia de Ronda en versos, Juan A. Ordoñez
Ronda en el siglo XVIII, Pedro Sierra de Cózar.  

AGUADA DEL TAJO

Autor: Jose Angel Gómez